La dieta de la arveja (pelada)

En 1986, Gilles Lipovetsky afirmaba que la edad posmoderna estaba obsesionada con la información y la expresión. La definía como una aspiración de masas en la que todos queremos ser emisores… democratización sin precedentes de la palabra… pero cuanto mayor es la cantidad de medios de expresión, menos cosas se tienen por decir, cuanto más se solicita la subjetividad, más anónimo y vacío es el efecto. Paradoja reforzada por el hecho de que nadie en el fondo está interesado por esa profusión de expresión, salvo el propio emisor. Y después sigue pintando una especie de Apocalipsis autista donde todos comunican pero nadie recibe.
Cuando leíamos eso en la facultad explotaban las radios piratas, y pensábamos en lo exagerado de su pensamiento… Luego llegaron la Internet y más tarde los blogs. Hasta ahí parecía haber cierto interés por la recepción. Pero con la llegada del fotolog Lipovetsky se queda corto: son la representación paroxística del narcisismo sinsentido.
Los hay de todas clases, familiares, de amigos, de chistosos, de poetas, de fotógrafos, de fanáticos del subte, de los cementerios, de los gatos, de los lavavajillas y todos tienen sus fieles… se arman grupos de amigos y algunos hasta pasan a la historia por sus contenidos. Incluso hay fotologs que tienen finalidades solidarias y dan resultado.
Pero hay una fauna especial, situada en una etapa de la vida que ha surgido también como consecuencia de la trillada pos-posmodernidad y que son mayoría en el mundo floguer: las adolescentes que terminan el secundario y quedan boyando en una especie de limbo viviente en el que pasan unos años hasta que la vida o algo parecido se los lleva puestos, unos años después… ¿Y qué hacen en ese estadio de semiadultez retardada? Viven pensando en las fiestas a las que van a ir, se sacan horribles fotos distorsionadas, se afean, se cortajean, se visten horriblemente mal, se deprimen por aburridas, se miran al espejo y se ven feas, se hacen fans de gente insulsa como París Hilton y lo más terrible: se lo cuentan al mundo como si todo eso tuviera algún valor testimonial en sí mismo, más allá de dar cuenta del estado de decadencia social en que estamos inmersos todos. Y para eso usan el fotolog porque en el blog hay que escribir demasiado y eso no es para ellas.
Es así que un lunes se levantan y le relatan al mundo cómo se emborracharon, se dejaron toquetear y fueron felices con las amigas de su vida. Regado de mayúsculas mal puestas, este relato es ilustrado con una foto en la que salen todas amontonadas en pose ridículas pero cool, mostrando al mundo su plenitud, felicidad y lealtad eterna con quien conocieron hace dos días. El martes se aburren y les da por la poesía barata o por las canciones de algún grupete pedorro que las emociona del cual ponen fotos y cuentan cómo las calienta su cantante, todo para que el “amor de su vida” se ponga celoso y se crea que tienen algo adentro del cráneo además de aire. Apenas entendiendo su idioma de cuna, transcriben letras que representan su estado de ánimo entre excitado, depresivo y pelotudo. El miércoles les empieza el bajón y describen con lujo de detalles la desgracia de su vida por los 200 gramos que les sobran (todas son Ana o Mía y adoran su enfermedad) y putean a sus pobres y anestesiadas madres porque las obligan a comer una hamburguesa al plato y dos arvejas, arruinando su futuro y metiendo la letra de otra horrible canción en inglés plena de obviedades. Si ponen una foto, es de alguna flaca putrefacta y si tenemos suerte, los administradores les cierran el flog y chau historia.
El jueves, el “amor de su vida” les mete una patada en el culo o se asquea de sus huesos y su lanugo y la tipa, en vez de tirarse debajo de un tren como correspondería a su desesperado estado, corre al ciber a desparramar la poesía oscura que no evacua por sus intestinos y ahí la tenemos escribiendo una sarta de estupideces semisuicidas, acompañadas por reflexiones sobre la vida que, en algunos casos muy excepcionales, podrían tomarse seriamente sino vinieran envenenadas de insultantes faltas ortográficas, fotos horrendas robadas de Internet y amenazas de comerse un McDonaldʼs entero incluyendo a Ronald y a los nenes del pelotero previo cortajeo de brazos en el baño de dicho fastfood. A este réquiem sus amigos del alma sin los cuales no podría vivir comentan cosas tales como “cómo anda todo lokita? Nos vemos!”, “uy qué loko Ronal”, “yo te entiendo a mi me pasa lo mismo cuando mi avuela hase guiso con lentejas y me hize ziete tajitos en la mano”, “che bas a la fiesta del sabado?”, “ay adoro este fLoG,”, “te amo putita de mierda” etc...
Y el viernes ponen una foto de ellas mismas sacada en el baño, bien de cerca para ocultar su fealdad, desfiguradas mostrando sus heridas de amor (y el tiempo al pedo que tienen) con alguna frase corta y amenazante que sus amigotas siguen sin entender y el amor de su vida sigue sin leer, titulada horriblemente en inglés o en castellano con más faltas de ortografías y siempre haciendo referencias a su próximo estado de muerte o enfermedad que por desgracia para Lipovetsky, nunca nunca les llega.

PD: sábado y domingo desaparecen para que todos piensen que se murió, pero nadie se aviva de su ausencia, ni sus madres.