miércoles, agosto 06, 2008

No entiendo como funcionan las pesadillas. Entiendo el temor de que se concreten. El momento preciso en que dejan su estado onírico para perseguirme en el mundo real. Un sueño recurrente. Cada tanto en furtivas noches. El sudor al despertar de ese mundo y no distinguir entre realidad e imaginación. Nada más desolador que no discernir la verdad aún cuando esta es obvia al encontrarnos desnudos, tendidos en una cama a la madrugada, con el frío aliento del temor en nuestra boca.

1 comentario:

Mar dijo...

Generalmente no tengo pesadillas.

Pero también cuando aparecen son siempre las mismas.

Y me despierto con un gusto amargo.

Horrible.

Pensé que no funcionaba más este blog.


saludos