Un guía como yo

Posibles partners de negocios visitan Buenos Aires. No queda otra opción que sacar punta a la paciencia y mostrarles la ciudad menos latinoamericana del nuevo continente hispano parlante.
Es complicado tratar de explicar el porque Argentina tiene tan poco que ver con el resto del continente a personas que no se interesan por la cultura, arquitectura, etc y creen que el único aporte de las inmigraciones son un par de casuchas pintadas de colores llamativos en La Boca. Es agotador hablarles una y otra vez del concepto de país planteado por la generación del 80. Contarles que no tenemos criollos ni raíces aborígenes porque el señor del billete de $100 (el más alto de nuestro país) protagonizó la Campaña del Desierto. Qué el señor del billete de $20 fue un gobernante que aplicó el terrorismo de estado, que no fue exclusivamente el Proceso de Reorganización Nacional el culpable de crímenes contra la sociedad. Que la arquitectura no es antigua, sino que tenemos monumentos bellísimos. Qué las viejas estiradas de nuestro país soñaban con París y no con Miami como el resto del continente (así por lo menos hasta la década del 90 que se convirtió en la Capital Nacional del Grasa Argentino). Que desde 1930 tenemos golpes de estado para poder restaurar los privilegios de ciertas clases que añoran 1880. Qué todavía se espera que Perón resucite. Qué acá Shakira es solo la gorda novia de un verdadero pendejo retardado. Que Marc Anthony acá no es un dios, sino el flacucho que se coge a una culona. Qué acá nadie va a ir al infierno por decir “me cago en la Virgen María”. Que nunca comprenderán como funciona la pelotudez de los archie que si van a Brasil se ponen la camiseta argentina y si van a Gesell se ponen la camiseta de Brasil.
Estoy agotado, ellos solo quieren comprar zapatillas Nike a un 30% menos en los outlets de Av. Córdoba. Hoy me dijeron “ya no hay nada más que ver en Buenos Aires”.