lunes, octubre 24, 2005

No les creo nada

Siempre odie a Brasil y a su cultura de la felicidad, su música, su falta de timidez, su soltura. No les creo nada, no se puede vivir feliz siempre.

Los venezolanos también parecen ser los seres más felices de América Latina. ¿Cómo es posible, que este país no haya dejado de hacerse más pobre y más violento desde hace dos décadas, y declaren orgullosos que viven siempre contentos?

En estos países caribeños, cualquier extraño –un portero, una banquero, la cajera de un McDonald’s, alguien que te acaban de presentar– se siente con derecho a decirte cómo debes sentirte y cómo no, apenas osas salirte del estrecho repertorio de chistes tontos, risitas automáticas y “miamores” con que el manual básico del “caribeño feliz” te insta a relacionarte permanentemente con los otros, no se sabe si con beneficios claros para la convivencia.

Siempre me dicen que en el Sur la gente es “aburrida”. Y, bueno, realmente por el Río de la Plata no hay nadie bailando en los supermercados con la música de ambiente ni programando en el ringtone del celular el tema de la camisa (nadie a quien yo salude por lo menos). Pero les aseguro que ese mandato colectivo a estar contento que rige en estos países tiene sus defectos también. Me imagino que no ayuda a los tímidos a desinhibirse, que en una fiesta en la que no saben muy bien qué hacer se les eche encima un cardumen de gente y entre gritos los tomen de los brazos, como en un linchamiento, los inserten en uno de los famosos trencitos, “vaaaaamos negro pa’ la conga”, y los fuercen a aferrarse a los cimbreantes riñones de un perfecto desconocido.

En cualquier lugar, los “raros” estamos condenados a aislarnos o a clavarnos una sonrisa artificial, como el Guasón. No dejando, aún así, de parecer idiotas.

8 comentarios:

Running dijo...

ahora ya sabes quienes son los verdaderos represores.
yo tuve la desgracia de nacer y vivir "raro" en un país no tan caribe, pero que es igualito.
y por eso adoro buenos aires.

Efra dijo...

Lo que me gusta de vivir en el interior de la Argentina es la frialdad y lo agrio de las personas.

Un lujo.

Lake dijo...

Ya lo dijo la gran pensadora italiana "para enamorarse bien, hay que venir al sur".

Anónimo dijo...

aguante rafaella

cara bambina!!!!

y el sur es el sur.....y los raros no la pasan tan mal....

bah eso creo...

U. dijo...

Lo de la camisa es un tema recurrente, realmente te hizo mal! Saludos y ojala descances del reegaeton.

P.Ing.- dijo...

Entre un alegre por naturaleza y un melancólico crónico, creo que prefiero un esquizo ciclotímico. Me encantan los picos de carácter.

Elen dijo...

Nada peor que el caribeño feliz.

Carolina dijo...

Yo ultimamente odio todo. me volvi xenofóbica, viejofóbica, madrefóbica, pendejofóbica, perrofóbica y supermercadofóbica. agrh. Justamente hoy pensaba que casi todo me da asco, rechazo, repulsión.
Detesto viajar en colectivo. Lo odio. Incursionar en la "pobreza" es lo más feo que puede pasarle a alguien. Hoy estaba en el 111 y una señora enorme, vestida con jogging DE MORLEY y un buzo polar todo roído por un cangrejo, que estaba toda sucia de jaleas, pegotinas y plasticoleces sacó una teta horrenda, toda puntuda y estriada para darle de comer a UN NENE COMO DE 4 AÑOS. Y el nene se puso a tomar la teta y me quise arrojar del colectivo.
Pero no fue lo peor: mas tarde se quedó dormido, con toda la leche chorreando de la boca. Prontamente el espeso líquido se secó formando una plasta de yeso improbable que se fundía con sus mocos.
Yo no puedo vivir más en este mundo. Quiero mudarme a una cápsula esterilizada o algo. odio a todos.